LA PRIMERA BATALLA DE LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL


A diferencia de otros estados europeos, en España no se aplastó el fascismo por las armas. De ello ha resultado una  versión oficial,  que es la que reflejan los libros de texto, que tiene mucho de equidistancia (en Francia o en Alemania sería impensable que alguien intentase defender que los nazis cometieron crímenes, pero que los aliados también, y que lo correcto hubiera sido buscar la concordia). 

Dado que el objetivo de la Secundaria no es convencer a la gente de lo que tiene que pensar, sino darle elementos de análisis para que piense, vamos a limitarnos a exponer la visión que tenían del conflicto ambos bandos.

¿Cómo presentaba la guerra el bando franquista?

Le dio varias denominaciones. 

La Cruzada.

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    Según esta interpretación, se trataría de conflicto entre el alma católica del país y una agresión antirreligiosa inspirada por el comunismo y el liberalismo internacional. La jerarquía episcopal española definió el conflicto como Guerra Santa y apoyó abiertamente al bando franquista. El Catecismo oficial decía que matar es pecado, excepto a rojos y enemigos del Movimiento.


    La idea de guerra de religión era el centro del imaginario carlista. Las milicias Requetés se ponían una insignia llamada Detentebala que, supuestamente, podría desviar los proyectiles.

    En la foto, milicianos fusilando a Dios (o, al menos, a la imagen del Cerro de los Ángeles, Getafe).

     Popularmente, se decía que era una guerra de curas contra maestros. Y buena parte de la violencia ejercida por las milicias republicanas se dirigía contra el clero o el patrimonio de la Iglesia. El historiador marxista Hobsbawn compara esta furia iconoclasta con la de las revueltas campesinas medievales.

    En contra de esta visión, hay que decir que un sector significativo de eclesiásticos, sobre todo el clero vasco, estaba contra Franco y sufrió una dura represión. Igualmente, el cardenal de Tarragona se fue al exilio, por no compartir el discurso del resto de la jerarquía. El escritor católico frances Georges Bernanos viajó a Baleares y pudo contemplar, de primera mano, atrocidades cometidas por los franquistas. Publicó un libro titulado Los cementerios a la luz de la Luna que tuvo mucha repercusión internacional.



    El Alzamiento

     
    
 
 
El bando franquista también se refería al Alzamiento, dando a entender que se había producido un levantamiento popular contra un gobierno ilegítimo y enemigo de las esencias de España. Los militares habrían asumido el papel de Cirujano de hierro para extirpar los males del país, tal y como reclamaban algunos regeneracionistas. ¿Era verdad esta interpretación? En algunas zonas, como Navarra o Valladolid, el papel de las milicias carlistas o falangistas fue vital, pero eso no sucedió en buena parte de las provincias.

  • En este mapa se representan las zonas que votaron al Frente Popular y al Bloque Nacional en febrero de 1936

     

     

     

     

     

     

    Y en este otro vemos las zonas sublevadas en julio de 1936.

    Se observa que zonas que apoyaban a la izquierda (Zaragoza capital, Sevilla, Cádiz, Córdoba, Galicia costera) quedaron sometidas al poder militar porque las organizaciones obreras no disponían de fusiles y su intento de resistir con armas blancas acabó en masacre. Por el contrario, zonas que habían apoyado a las derechas (Castilla La Mancha) fueron ocupadas por fuerzas procedentes de la capital. En el caso del País Vasco, fue fundamental que el PNV tomara partido por la legalidad republicana.

     

     

     

     

    Guerra de Liberación

    También se refirieron al conflicto llamándolo Guerra de Liberación, porque argumentaban que era una lucha para evitar que España cayera bajo el dominio soviético. 

     Por eso, contraponían el ejército nacional al ejército rojo  

     

     ¿Era cierto? En 1936, el Partido Comunista de España era relativamente débil. Su  implantación aumentó durante la guerra, debido a que eran partidarios de un mando único y de la disciplina, y debido a que casi la única ayuda militar a la República era de los soviéticos. La política exterior soviética, en ningún caso estaba orientada hacia una expansión de su influencia por el Mediterráneo, entre otras cosas, porque no tenían una marina poderosa. Al contrario, los soviéticos apostaban por una alianza con Francia y Gran Bretaña para oponerse al previsible ataque de Hitler.

     

     

     ¿Y cómo presentaba la guerra el bando republicano?


    Una Guerra de clases.

     

    El marxismo se refería a esta como una guerra de clases. La clase dirigente de terratenientes y financieros, desde un primer momento, habría optado por la violencia contra las conquistas de los trabajadores. ¿Era verdad? 

    Globalmente, el bando franquista sí favoreció los intereses de esa clase dirigente. El triunfo franquista supuso un descenso del salario real.

     


    Cuadros tomados del Blog de Julián. Mutxamel Valencia Connection Ver 


Dibujo infantil: los señoritos y los camaradas.

 

Este esquema podía ser válido en el campo andaluz o extremeño, que eran sociedades de amos y jornaleros. Pero no era tan cierta en las zonas donde predominaba la pequeña propiedad campesina, como Cataluña o Valencia. Y, por supuesto, el PNV defendía el capitalismo.

 Mientras que troskistas y anarquistas proclamaban que el objetivo era la revolución social y la colectivización, republicanos, nacionalistas, socialistas y comunistas declaraban que el objetivo prioritario era ganar la guerra

  

 ¿Una segunda Guerra de Independencia? 

El bando republicano recalcó, en un intento de romper el bloqueo al que le sometían EEUU, Gran Bretaña y Francia, que España estaba luchando contra una agresión del fascismo italiano y del nazismo alemán. Se trataba, por tanto, de una guerra en defensa de la soberanía y la independencia. Se llegó a decir que la República estaba en guerra contra dos naciones y media ¿Era cierto esto?

El fascismo, que había rearmado a Italia  e iniciado una política exterior muy agresiva durante la década de 1930, no paraba de decir que quería reconstruir el Imperio Romano. Desde la proclamación de la II República, Mussolini había financiado y proporcionado instrucción militar a grupos monárquicos. Y, al iniciarse la guerra civil, había puesto a disposición de Franco su flota, su aviación y numerosas unidades del ejército. Gran Bretaña se vió obligada a advertir a Italia que no toleraría la anexión de las Baleares ni de ningún territorio español que pudiera amenazar las rutas del Mediterráneo. El prestigio italiano sufrió bastante tras derrotas como la de Guadalajara. Además, las pérdidas y desgaste de material que ocasionó la intervención en España no fue suplido de cara a la II Guerra Mundial. Eso frustró cualquier sueño mussoliniano de convertir a España en un estado vasallo.


La intervención nazi no fue, cuantitativamente, tan numerosa, pero sí tuvo una enorme importancia cualitativa. La Werhmacht planteó el conflicto como un campo de experimentación de sus nuevas tácticas de guerra y proporcionó a Franco armas de última generación, que tuvieron bastante influencia en el campo de batalla (cañón antitanque de 88 mm, bombardero en picado Stuka, caza Messerschmitt 109). Posiblemente, su colaboración militar más valiosa fue la de sus trimotores Junkers 52 que, en el verano de 1936, aerotransportaron unidades del ejército de África a Andalucía y alejaron  a la flota republicana, permitiendo el paso del Estrecho al grueso de las unidades. Una clave esencial para que Franco se hiciera con el mando del ejército rebelde fue su gestión ante el cónsul alemán en Tetuán, a través de quien logró el apoyo militar de Hitler. ¿Qué intenciones tenían los nazis hacia España? Digamos que Hitler no consideraba demasiado prioritario el escenario del Mediterráneo. A cambio de su apoyo militar, Hitler esperaba obtener concesiones sobre los yacimientos de minerales estratégicos. No se puede aventurar qué hubiera pasado si el III Reich hubiera ganado la II Guerra Mundial. Evidentemente, España hubiera sido una pieza más en el Nuevo Orden europeo. ¿Habría convertido España en una colonia económica? ¿Hubiera puesto en el poder a elementos de Falange Española? ¿Hubiera modificado fronteras?  A saber...

Centralismo vs. descentralización 

Desde el nacionalismo catalán y vasco, siempre se ha puesto el foco en el conflicto entre el centralismo español y las libertades nacionales de sus territorios. ¿Era así?

 
  
 
La República había apostado por un modelo de Estado descentralizado, que reconociera la pluralidad lingüística y nacional de sus territorios. La destrucción del poder central por el golpe de Estado del 36 había provocado un efecto parecido al de la invasión napoleónica de 1808: la autoridad quedaba en manos de poderes locales, de manera que no sólo la Generalitat o el Gobierno Vasco tuvieron que organizar su propio ejército y gestionar su economía, sino que también el Gobiernin asturiano o el Consejo de Aragón tuvieron que hacer lo propio. Naturalmente, eso originó tensiones. El referente para las fuerzas obreras presentes en esos territorios era internacionalista y de clase. La izquierda burguesa, que podía estar representada por la Esquerra Republicana de Catalunya, mantuvo siempre lealtad a la República. En cambio, se ha señalado que el Partido Nacionalista Vasco tuvo una actitud cuanto menos ambigua, negándose a sabotear las plantas siderúrgicas antes de que Bilbao cayera en manos de los franquistas y firmando una capitulación separada del Ejército de Euzkadi tras la pérdida de Vizcaya.
  
El bando franquista sí que había apostado por un centralismo español (o, más bien, castellano). No obstante, el carlismo seguía defendiendo los viejos fueros medievales, que establecían una ley propia en el País Vasco y Navarra. Curiosamente, como Vizcaya y Guipuzcoa había apoyado a la República, Franco les castigó, declarándolas provincias traidoras y privándoles de sus derechos forales. 

¿Podemos hablar, entonces, de conflicto entre España, Cataluña y Euzkadi?. No, el tema tenía mucha más complejidad. No obstante, la identificación que la propaganda franquista hizo de España con el Régimen impuesto tras la guerra sí que sentó las bases para muchos de los problemas de articulación del Estado que siguen vigentes.
 
Democracia vs. Fascismo
 
Por último, la guerra se presentó como una lucha en defensa de la Democracia y contra el Fascismo.¿Era así?
 
El Estado legalmente constituido y el sistema parlamentario habían sido destruidos por el golpe de Estado. Las fuerzas derechistas que formaban parte del Bloque Nacional se habían posicionado en favor de los golpistas  Y, en aquellos lugares donde se había sofocado la rebelión, el reparto de armas entre las organizaciones obreras había dado paso a una revolución social.  De manera que, en el verano de 1936, no quedaba apenas nada de las instituciones de 1931. En algunos lugares, la administración  estaba en manos de los comités locales del Frente Popular; en otros, de los sindicatos obreros; en Euzkadi, del Gobierno Vasco... Ahora bien, en los meses siguientes, los partidos del Frente Popular realizaron un extraordinario esfuerzo para reconstruir una maquinaria estatal. Esa reconstrucción se llevó a cabo a costa de grandes conflictos internos, especialmente contra los troskistas y los anarquistas.
¿Hasta qué punto mantenía esa nueva maquinaria estatal los rasgos esenciales de la democracia liberal? El Estado de Guerra, con la limitación de los derechos individuales, no fue proclamado hasta los últimos días del conflicto. Hasta entonces, las Cortes siguieron reuniéndose. Partidos derechistas leales a la República, como los regionalistas valencianos y los nacionalistas vascos, seguían siendo legales. Los diarios y emisoras conservadoras habían sido ocupadas y gestionadas por sus trabajadores y puestas a disposición de la República. Los tribunales irregulares habían sido disueltos y la represión contra los enemigos internos la llevaba a cabo el Servicio de Inteligencia Militar. Hay que decir que, además de perseguir a espías y saboteadores, el SIM se empleó a fondo contra los troskistas...

Para estar en una situación que exigía centralización y disciplina, la zona republicana mantenía una cierta pluralidad. Los tertulianos de derechas insisten en que, con toda seguridad, este gobierno frentepopulista hubiera dado paso a la dictadura del proletariado una vez acabada la guerra. Es imposible saberlo. Esta coalición de fuerzas burguesas y obreras no era diferente a la que, en la II Guerra Mundial, protagonizó la Resistencia contra los nazis y asumió el gobierno en Italia, Francia, Yugoslavia y otros muchos países una vez terminada la guerra. Estas coaliciones llevaron a cabo reformas sociales y la represión contra los fascistas locales. Estos gobiernos de coalición se rompieron con el inicio de la Guerra Fría. En los territorios donde estaban los americanos, el sistema siguió siendo capitalista. En tos países donde estaba estacionado el ejército soviético, se impusieron sistemas socialistas.

Por ir acabando. ¿Y cuál es mi opinión? 
 
Ya la dí en el título.

La victoria del fascismo en suelo español se debió a causas similares a las que facilitaron la expansión hitleriana por Europa hasta 1941; muchos elementos de la clase dominante y del estamento militar francés y británico no sólo no tenían voluntad de oponerse al fascismo, sino que, al contrario, le veían como a una garantía frente a la amenaza de una revolución obrera. La República consumió sus últimas esperanzas cuando Francia y Gran Bretaña pactaron con Hitler en la Conferencia de Munich, lo cual tenía casi el valor de una alianza. 

Para hacer retroceder al fascismo se necesitó articular una amplia coalición de fuerzas. Para que se formase la alianza de las Naciones Unidas, con Gran Bretaña, Unión Soviética y EEUU luchando contra Hitler, hubo que esperar a que las bombas alemanas incendiaran Londres. 

Naturalmente, el caso español tiene sus particularidades. La Ilustración del siglo XVIII no había llegado a triunfar, dejando una división entre una España que creía que las leyes debían tomarse a partir de un acuerdo democrático, mientras que otra España pensaba que debía primar la tradición y la religión. La burguesía era muy débil en España, de forma que el sistema de representación política había estado marcado por el caciquismo y la presión militar. Desde la I República, estaba abierto un debate sobre cómo articular los diferentes territorios.... Y, para arreglar las cosas, se intenta poner en marcha una democracia muy avanzada en medio de un contexto de profunda crisis económica y de avance del fascismo en Europa.

La mayor potencia militar del momento, Francia, se desplomó ante el empuje de la Werhmacht en mes y medio. Lo sorprendente es que la República pudiera resistir tres años.
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